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Trastornos Mentales en los Grandes Simios

APES EMPATHY


La existencia de psicopatologías en primates no humanos cautivos han sido bien conocidos durante muchas décadas.  La primer descripción naturalista destaca la aparición de estereotipias (patrones motores aparentemente sin función repetidos reiteradas veces) y de auto-mutilación en condiciones de depravación sensorial o inmovilización física.

Muchos simios cautivos muestran anormalidades de comportamiento, como estereotipias, auto-mutilación, agresión inapropiada, miedo o retraimiento. Estos comportamientos anormales parecen síntomas asociados a desordenes psiquiátricos en humanos, como depresión, trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios y trastorno de estrés post-traumático.

En poblaciones silvestres,  estudios de campo sugieren la existencia de psicopatologías genuinas en chimpancés silvestres, particularmente depresión en chimpancés huérfanos. Los individuos afectados dejan de comer, pierden peso, muestran malestar, y declinación de peso y exploración. En ocasiones, la gravedad de condiciones lleva a la muerta por inanición o enfermedades infecciones, incluso en grupos que son lo suficientemente grandes para explorar por sí mismos.  La pérdida de la figura de apego primaria (la madre) produce una reacción emocional en los chimpancés jóvenes que daña profundamente su bienestar psicológico. En humanos, esta condición seria diagnosticado como depresión clínica. 

Las investigaciones actuales sobre la evolución social están basadas en la investigación de poblaciones silvestres, así como en la herencia psicológica, social, conductual y psicología de los primates. El conocimiento sobre esta herencia es altamente relevante para el entendimiento de las psicopatologías en simios, porque informa sobre disposiciones adaptativas e inclinaciones. Hacer uso de estas inclinaciones innatas en la terapia probablemente mejorará la eficacia de las prácticas.


Trastornos Mentales en Simios Cautivos


La mayoría de reportes de comportamiento patológico en simios proviene de la cautividad, y de estos, la relativamente mayor cantidad de comportamientos anormales como la estereotipia figura como el más prominente. Condiciones de vida inapropiadas llevan a una inhabilidad para copularse, comportamiento maternal incompetente, reacciones emocionales inapropiadas-principalmente miedo y agresión-hacia compañeros, falta de señales comunicativas típicas de la especie, e impotencia aprendida generalizada.

Debido a la excepcional importancia de las interacciones sociales y el prolongado periodo de dependencia infantil y juvenil, separación temprana de infantes de sus madres y otras condiciones de crianza adversas- confinamiento en solitario, privación sensorial, entre otros- están entre los mayores fuentes de psicopatologías en simios. Desde los años 50’, principalmente a través del trabajo de Harlow y sus colegas, diversas psicopatologías han sido sistemáticamente inducida en macacos infantes al separarlos de sus madres. 

Se han listado 20 patrones de comportamiento en chimpancés cautivos considerados anormales por su frecuencia inusual, severidad o grotesca anomalía. La lista incluye: posturas bizarras, aplaudir, coprofagia, piquete de ojos, esparcimiento de heces, palmearse los propios genitales, tironeo de pelo, cabeceo y sacudir la cabeza, volteó de los labios, escupir, meceo, palmearse a sí mismos, sacar la lengua, chupetear objetos, beberse la orina, mojarse la cabeza con agua, vomitar y volver a comerlo. Muchos de estos patrones de comportamiento no han sido nunca vistos en poblaciones silvestres y ninguna es habitual o costumbre en un grupo en la naturaleza.

Un sub-grupo de patrones de comportamiento estereotipados son movimientos fijos y aparentemente rituales izados en las cuales partes del cuerpo parecen haber adquirido vida propia. Como por ejemplo, la mano de un individuo puede comenzar a moverse sobre la cabeza como objetos que flotan en el aire, mientras el chimpancé observa e intenta alejarla. 

En otro caso, el pie izquierdo de un chimpancé ocasionalmente adquiría el estatus de compañero interactivo. Esto ocurrió en medio de una ronda de juegos con un humano a través del alambrado de la jaula: risas exuberantes son repentinamente dirijas a la piel, el cual es agarrado, mordisqueado y luego liberado. 

En otras situaciones, el mismo individual puede atacar el pie y morderlo furiosamente, creando heridas sangrantes. El chimpancé chilla entonces de dolor y furia, golpea y sacudo el pie, aparentemente como si intentara alejar y vengarse del agresor. Esto puede ocurrir tan regularmente que se desarrolla un callo en el sitio herido frecuentemente.

La autoagresión también ocurre en humanos y en otros primates. Los pacientes humanos reportan una compulsión adherirse a si mismos, acompañado de un deseo desesperado por “sentir algo”. Esto coincide con la idea de que la  autoagresión es encontrada a menudo en primates que sufren de formas severas de aislamiento social. 

 Tratamientos y Recuperación


En individuos profundamente perturbados, puede tomar años el hacerlos tolerantes a la presencia y proximidad de conspecíficos. La resocialización puede ser riesgosa, porque agresión en aumento puede ocurrir en espacio limitado entre individuos socialmente incompetentes incapaces de hacer evaluaciones de riesgo. 

Introducir primates anteriormente aislados en grupos de conspecíficos socialmente competentes es particularmente peligroso. Formar grupos de individuos inexpertos conlleva otros riegos, pero algunas instituciones tienen primates “terapéuticos” con experiencia, amigables y tolerantes que pueden ayudar hacia la sociabilidad a  individuos antes aislados.

Los chimpancés que tienden a responder ante todo de manera temerosa o agresiva hacia otros (personas o conspecíficos) tienen más dificultades para ajustarse a nuevos patrones sociales que aquellos que son amigables o tranquilos.

Algunos mamíferos crean oportunidades para que individuos inmaduros puedan aprender- por observación y experimentación- ciertas habilidades vitalmente importantes. Los humanos imitan esto al brindar oportunidades de aprendizaje adaptativo a primates. Por ejemplo, un individuo tímido puede ser expuesto a un compañero amable o un individuo excesivamente agresivo puede ser obligado a moderarse al confrontarlo con un individuo dominante.   

En general, programas de resociabilización han sido exitosos en el 90% de los casos en individuos chimpancés perturbados. Sin embargo, fue imposible lograr la normalización de su comportamiento sexual y materno, lo cual siguiere  que la sexualidad y el cuidado de las crías es una tarea muy compleja para adquirir en profundidad por  individuos perturbados.




Esta nota fue elaborado en base al siguiente Informe 


El Comportamiento Social de los Orangutanes

Orangutan and offspring
Traducción y Resumen: Astrid Strasser

Los orangutanes son una especie semi-solitaria pero, en cierto grado, social. La participación social de los machos adultos se limita a encuentros sexuales con hembras adultas y adolescentes. Las hembras suelen asociarse con sus crías, con otras hembras adultas, con adolescentes que pueden no ser parientes y evitan a los machos maduros. El vinculo madre-hijo perdura durante años, mientras que la relación con adultos mayores es relativamente corta.


Machos sub-adultos usualmente se asocian con hembras pero no son generalmente agresivos con otros machos. Las hembras adolescentes viajan juntas, especialmente cuando la diferencia de edades es mínima. Este sistema semi-solitario puede haberse desarrollado como resultado de una dieta de frutas maduras, alimento disperso y falta de grandes predadores arbóreos (los tigres en Sumatra son terrestres).


La potente llamada del orangután macho juega un importante rol en repeler machos rivales y alertar a hembras sexualmente receptivas. Encuentros entre machos adultos resultan en agresividad o huida. Las luchas suelen ocurrir en presencia de una hembra receptiva. Estas peleas pueden durar minutos-especialmente si los machos han luchado anteriormente-o más de una hora. Los machos pueden terminar gravemente heridos, con pérdida de dedos y ojos, cortes en cabeza o mejillas, etc.  


Los infantes orangutanes se quedan con sus madres por mucho tiempo. Por los primeros dos años de la vida de un joven orangután, son completamente dependientes de su madre por comida y transporte. Un bebe orangután se agarra a su madre mientras ella se mueve por los arboles, y bebe su leche.


Las crías de orangután son llevadas de esta forma hasta los cinco años y maman hasta los ocho. Incluso cuando ya son demasiado grandes para ser transportados y alimentados por su madre, permanecen cerca de ella- viajando juntos, alimentándose y descansando en los mismos arboles- hasta que cumplen los 10 años. Una vez que se independizan, estarán solos o en la compañía de otros orangutanes inmaduros. En el caso de las hembras, frecuentemente regresan a sus madres para “visitarlas” hasta los 15-16 años.  

A nursing infant orangutan on mother's nipple

Esta prolongada asociación entre madre y cría es rara en mamíferos. Probablemente solo los humanos tienen una relación más intensiva con sus madres.  Los primatólogos creen que los orangutanes tienen una “infancia” tan prolongada porque tienen mucho que aprende antes de poder vivir solos de manera exitosa.


Los jóvenes orangutanes aprenden casi todo de sus madres, incluyendo: donde encontrar comida, que comer y como comerlo (a veces esto involucra usar herramientas especiales) y como construir nidos apropiados para dormir. Las madres probablemente también protegen a los jóvenes de depredadores como leopardos nublados- y pitones en Borneo, y tigres en Sumatra. Mientras que las hembras permanecen cerca del territorio de sus madres durante toda la vida, los machos pueden migrar largas distancias.  


Cultura


Los orangutanes tienen capacidades cognitivas comparables a otros grandes simios. Esto se manifiesta en el uso de herramientas e incluso la construcción de herramientas simples en estado silvestre. Algunos usos de herramientas son idiosincráticos pero otros usos de herramientas representan tradiciones culturales en poblaciones de orangutanes.


Los orangutanes han sido observados construyendo herramientas simples para rascarse. También utilizan ramas con hojas para protegerse de la lluvia y el sol, y a veces se cubren con grandes hojas a modo de poncho. También se han observado utilizando ramas como herramientas para atrapar insectos, colectar miel y protegerse contra las picaduras de insectos, y para “pescar” ramas y frutas fuera del alcance. En Sumatra, orangutanes silvestres utilizan herramientas para extraer semillas de frutos con cáscara dura.

A flanged orangutan male hanging from a small tree

No hace mucho, mucha gente pensaba que la cultura era exclusiva de las especies humanas. Sin embargo, en años recientes los científicos han encontrado cada vez más evidencia de tradiciones aprendidas socialmente en el reino animal. En 2003, un grupo de investigadores describieron dos docenas de comportamientos presentes en algunas poblaciones de orangutanes y ausente en otras. Según el reporte que apareció en la revista Science, estas prácticas son aprendidas de un miembro del grupo y pasadas a través de las generaciones. En partes de Borneo, por ejemplo, los orangutanes utilizan hojas como servilletas para limpiarse las mejillas mientras que orangutanes en partes de Sumatra las usan como guantes para manejar frutas y ramas espinosas o como un asiento acolchonado en arboles espinosos.