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Científicos Traducen el Lenguaje de los Monos.

Traducción: Astrid Strasser.

Existe un misterio en la Isla Tiwai. Un enorme santuario de vida silvestre en Sierra Leona, es hogar del hipopótamo pigmeo, cientos de especies de aves y varias especies de primates, incluyendo la mona de Campbell (Cercopithecus campbelli). Estos monos se comunican a través de un lenguaje* avanzado que los primatólogos y los lingüistas han estado estudiando por décadas. Los expertos casi han descifrado el código del vocabulario de los monos.

En el Bosque Tai, en la Costa de Marfil,  los monos de Campbell usan el término ‘krak’ para indicar que un leopardo esta cerca y el termino ‘hok’ para advertir que un águila acecha desde el cielo.  Los primatólogos así lo transcribieron en su léxico. Pero descubrieron que en la Isla de Tiwai, esa misma especie utiliza ‘krak’ como una llamada de alarma generalizada-una que, ocasionalmente, incluso se usa para las águilas.

“¿Por qué hacían krak cuando oían un águila?” Se pregunta el co-autor Philippe Schlenker, un lingüista en el Centro Nacional para la Investigación en Francia y Profesor de Asuntos Globales en la Universidad de Nueva York, EEUU. “Por alguna razón ‘krak’, que significa leopardo en el Bosque Tai. Parece ser reciclado a una llamada de alarma generalizada en la Isla Tiwai.”  

En un artículo publicado este Noviembre en el N°28 de la revista Lingüística y 
Filosofía, Schlenker y su equipo aplicaron la lógica y lingüística humana para descifrar el código krak. Sus descubrimientos presuponen que algunos dialectos de los monos pueden ser tan sofisticados como el lenguaje humano.   

El ABC de los Monos

En estudios previos, se habían colectado llamadas de monos y asignado significados vagos según los eventos que ocurrían en el suelo del bosque. Pero en el 2009, un nuevo equipo de primatólogos viajó al Bosque Tai con modelos realistas de leopardos y reprodujeron grabaciones del chillido de águilas. Sus experimentos de campo resultaron en algunos de los mejores datos disponibles sobre como los monos responden verbalmente a los depredadores.

“Cuando quieres entender realmente el significado de una llamada, necesitas un experimento de campo.” Dice  Schlenker. “Si tú mismo eres el disparador, tienes mucho más control sobre lo que causa cada secuencia de llamadas en primer lugar.”

Los primatólogos descifraron inicialmente algunas llamadas básicas: krak, hok, krak-oo, hok-oo y boom.




Concluyeron que ‘krak’ significa leopardo y ‘hok’ significa águila. El sufijo ‘oo’ suaviza el significado de cada palabra--krak-oo indica perturbaciones menores en el suelo y ‘hop-oo’ estaba reservado para amenazas aéreas leves, como ramas que caían. Boom significaba que el peligro había pasado.  

Problemas en la Isla Tiwai.

Pero cuando los primatólogos viajaron a  la Isla Tiwai, descubrieron desconcertantes diferencias en el dialecto de los monos. No hay leopardos en Tiwai pero los monos de la isla usaban krak a menudo.  

“En la Isla, si había un águila, escuchabas mucho hok pero también mucho krak.” Schlenker dice. “Eso fue sorpresivo porque se supone que krak es una llamada de alarma para leopardo.”

Emerge una teoría principal. Incluso cuando los humanos hablamos el mismo lenguaje, tienden a haber diferencias en el dialecto. Por ejemplo, Schlenker dice que la palabra ‘pants’ significa pantalones para un estadounidense pero, en Inglaterra, significa calzoncillos largos. Los lingüistas propusieron que krak era una llamada de alarma generalizada para cualquier amenaza terrestre. En el bosque, significa leopardo. En la isla, donde no hay leopardos, fue adaptada a una alarma general que indicaba cualquier cosa que no sea un águila.

Por un tiempo, pareció que el enigma estaba resuelto-hasta que se dieron cuenta que los monos isleños usaban krak para cada una de las llamadas.

“Cuando vimos la distribución de krak, descubrimos que se usaba en toda posible situación, incluyendo en caso de águila.” Dice Schlenker.

 Descifrando el código Krak.

Schlenker y su equipo decidieron aplicar un enfoque lingüístico más creativo para resolver el misterio del krak. Primero, redefinió las llamadas de los monos, traduciendo krak como un llamada de alarma general, krak-oo como una alerta menor y hok como una alerta de peligro aéreo. El importante resultado fue que krak-oo y hok eran ahora términos mucho más específicos que krak.

Aqui es donde se pone difícil: el significado de las palabras tiende a ser contextual. En el lenguaje humano, escogemos los términos disponibles mas específicos y, cuando no lo hacemos, el oyente infiere que hay una razón especial del porqué optamos por un término relativamente vago. Dicho de manera más simple:  

“Las palabras compiten entre ellas” Dice Schlenker. “Y utilizamos la mas informativa.” Y aplicó el mismo razonamiento a los monos de Campbell. “Lo importante es la situación. Tanto krak-oo como hok son más informativos que krak. Por lógica, si escuchas krak infieres que había una razón por la que krak-oo y hok no fueron utilizadas, por tanto, infieres una negación.”

Eso significa que cuando los monos del bosque dicen krak, también establecen  no-hok y no krak-oo. No es una amenaza menor y no es una amenaza aérea. En el bosque, los monos entienden que esto significa leopardo-la única amenaza no-menor, no-aérea cerca.

En la isla, sin embargo, continua siendo una llamada de alarma general. Esto se debe a que krak no implica intrínsecamente una negación. En Tiwai, no hay leopardos. Cuando los monos escuchan krak, no tienen motivos para inferir no-hok y no-krak-oo porque no tendría sentido (no hay amenazas terrestres serias). En esa situación, el termino krak vuelve a su significado más simple, sin inferencias, e indica  una llamada de alarma general-una que incluso puede significar águilas acechando desde el aire.

¡Krak-oo!

En general, los expertos consideran estos descubrimientos significativos.

“Conozco este trabajo y creo que es muy prometedor.”  Escribe Robert Seyfarth, profesor de psicología en la Universidad de Pensilvania y pionero en el campo de comportamiento y aprendizaje animal. “Es la primera vez que un lingüista profesional abarca todos datos de combinaciones de llamadas en monos silvestres.”

“Muy a menudo decidimos, a priori, que porque la comunicación animal no es lenguaje es inútil aplicar herramientas lingüísticas.” Dice Arik Kershenbaum, zoólogo de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. “Creo que es un formalismo refrescante y muy necesario para investigar las señalizaciones animales.”  

Pero Kershenbaum advierte que los mecanismos krak sugeridos en el artículo se basan en una hipótesis más que en datos experimentales.

“Aunque este trabajo parece internamente consistente, descansa sobre una base poco solida de correlación.” Dice.  “Sin confirmaciones experimentales, la premisa es altmente especulativa.” Agrega que aunque la lógica encaja bien, no será posible sacar conclusiones definitivas sobre como los monos usan krak sin más experimentos de campo. “En resumen, pienso que es una forma fascinante de ver las cosas. Ahora veamos si es realmente así.”

Fuerte evidencia de Cultura Animal Observado en Monos y Ballenas.´

Por: Michael Balter
Traducido por: Astrid Strasser.
Fotos: Fuente enlazada. 

Hasta hace bastante poco, muchos científicos creían que solo los humanos tenemos cultura pero esta idea está siendo aplastada por una avalancha de recientes investigaciones con animales*.  Dos nuevos estudios con monos y ballenas llevan el trabajo un paso más allá, demostrando que nuevas tradiciones culturales pueden formarse y como la conformidad puede ayudar  a las especies a sobrevivir y prosperar. Estos descubrimientos pueden también ayudar a los investigadores a distinguir las diferencias entre las culturales humanas y animales.

Los investigadores difieren en cómo definir exactamente cultura pero la mayoría está de acuerdo que involucra la adopción colectiva y la transmisión de uno o más comportamientos en un grupo. La capacidad de los humanos de crear y transmitir nuevas tendencias culturales ha ayudado a nuestra especie dominar la tierra, en gran parte, porque cada nueva generación puede beneficiarse de la experiencia de la anterior. 

Los investigadores han encontrado que transmisiones culturales similares, aunque mucho más simples, ocurren en animales, incluyendo peces, insectos, suricatos, aves, monos y simios. A veces, estas características culturales parecen bizarras, como una tendencia reciente desarrollada entre algunos monos capuchinos de picarse mutuamente los ojos con sus largas y filosas uñas-un comportamiento que se originó en un grupo pequeño de individuos y que se expandió con el tiempo.

En humanos, una vez que una nueva moda emerge, todos empiezan a hacerlo […]. Dos equipos internacionales liderados por investigadores de la Universidad de St. Andrews, Reino Unido, reportaron nueva evidencia de la fuerza de la conformidad cultural en dos especies bien diferentes sospechadas de exhibir comportamientos culturales: los monos vervet y  las ballenas jorobadas.


En el primer estudio, un grupo de investigadores liderados por el psicólogo Andrew Whiten de St. Andrews, intentó inducir conformismo en cuatro grupos de monos silvestres, 109 animales en total, viviendo en una reserva de caza en la provincia KwaZulu-Natal en Sudáfrica. 

Los investigadores dieron a cada grupo dos bandejas plásticas llenas de maíz; el maíz estaba teñido de azul en una bandeja y rosa en la otra. (Estos colores fueron elegidos porque son prominentes en los genitales de los monos vervet macho y, por tanto, atraerían la atención de los monos). Algunos maíces  estaban empapados de amargas hojas de aloe para que fueran desagradables para los monos. En dos de los grupos, el maíz azul era amargo mientras que en los otros dos grupos, era los rosas. En un periodo de 3 meses, los monos aprendieron fácilmente a evitar la comida amarga.  

Cuatro meses después, luego de que 27 monos bebes hubiesen nacido y fueran lo suficientemente grandes para comer sólidos,  se les ofreció nuevamente maíz azul y rosa, aunque esta vez ninguno era amargo. Durante los siguientes dos meses, tanto monos adultos como infantes preferían fuertemente el mismo color de antes, aunque todos los maíces fueran ahora comestibles. Incluso 26 de los 27 infantes solo comieron el maíz favorecido por sus madres, ignorando los otros.  

Durante el periodo del experimento, 10 monos machos migraron de un grupo con preferencia a un color de maíz a otro grupo con preferencia al color opuesto. Siete de los 10 inmediatamente adoptaron el color elegido por el grupo nuevo, adoptivo, sugiriendo que fueron influenciados por las normas de esa congregación.

El estudio demuestra que el aprender de otros y la conformidad cultural juegan un papel importante en el comportamiento de animales y humanos, concluyen Whiten y sus colegas. Apoyarse en las experiencias de otros-en lugar de depender solamente de la experiencia personal-puede ayudar a los animales a adaptarse.

Ballenas Jorobadas cazando con red de burbujas.


En el segundo estudio, un grupo diferente de investigadores, liderados por el biólogo marino de St. Andrews, Luke Rendell, investigó una tradición, inventada por las mismas ballenas jorobadas, que involucra un método de pesca llamado alimentación con red de burbujas: las ballenas soplan burbujas alrededor de cardúmenes, confundiendo a los peces y arreándolos juntos, luego se abalanzan hacia las burbujas y se engullen a sus presas.

En 1980, una ballena fue observada inventando una nueva adición para esta técnica, golpeando la superficie del agua varias veces con su cola antes de soplar las burbujas (lobtail feeding). Los investigadores no saben qué ventaja les da esto a las ballenas pero este tipo de comportamiento emergió en un momento de disminución de la población de la presa preferida de las ballenas, el arenque, y el incremento de otro pez:  los ammodítidos. Los investigadores especulan que golpear el agua ayuda a arrear a los ammodítidos juntos.

Los observadores tenían la impresión de que la alimentación con golpe de cola se expandía pero no había evidencia solida. El equipo entonces analizó 27 años de datos en el comportamiento de las ballenas colectado en el Banco Nacional Marino del Santuario de Ballenas de Stellwagen, en la bahía de Massachusetts, entre Cape Cod y Cape Ann. Incluía 73.790 avistajes grabados en la computadora que involucraban 653 ballenas observadas al menos 20 veces.

A lo largo de los años, la alimentación con golpe de cola se expandió al 37% de la población y hasta el 87% de las ballenas que adoptaron la técnica parecían haberlo hecho al mantener asociaciones cercanas con otra ballena que ya estuviera utilizando el método. (Se contaba a los individuos como “asociados” si estaban a dos cuerpos de distancia de cada uno y mostraban coordinación en sus comportamientos.)

Ballena Jorobada cazando con golpes de cola.

Investigadores ajenos a estos dos equipos de trabajos estiman que los dos estudios sirven como un hito: “Sus publicaciones conjuntas marcan el momento cuando podemos finalmente avanzar a la discusión de las implicación de  la cultura en animales” en lugar de simplemente discutir si la cultura está presente o ausente, dice Carel van Schaik, un primatólogo de la Universidad de Zuriich en Suiza.

 Los descubrimientos con monos vervet son “una gran sorpresa”, dice, porque los animales “abandonaron preferencias existentes cuando [entraron] a un grupo con preferencias distintas. Previamente, los investigadores asumían que dichas elecciones eran dictaminadas principalmente por un impulso a obtener los alimentos más nutritivos en lugar de factores sociales. “Viéndolo en retrospectiva, que los monos se apoyen en la sabiduría de grupos locales tiene perfecto sentido.”

El estudio con las ballenas también obtiene aprobación. Es “una increíble compilación de datos” dice Susan Perry, una antropóloga de la Universidad de California, Los Angeles. “Veo esto como un caso muy convincente de tradiciones alimenticias en un cetáceo.”

Sin embargo, van Schaik, Perry, y otros investigadores dicen que aún hay mucho trabajo por hacer para entender cuanto se parece la transmisión cultural de los animales a la de los humanos. “Ambas investigaciones muestran que los animales prestan atención y son influenciados por lo que hacen otros animales,” dice Mark Pagel, biólogo evolucionista de la Universidad de Reading, Reino Unido, pero ninguno demuestra el tipo de copiado sofisticado típico de los humanos, el cual nos separa del resto de los animales, dice Pagel. Sin la habilidad para copiarse realmente el uno al otro, continúa, los animales no pueden desarrollar los comportamientos cada vez más sofisticados que han llevado a la cultura humana a niveles tan altos.**


*N/T: El artículo habla de animales y humanos como si la especie humana no fuese parte del reino animal. Para mantener la integridad del mismo, lo traduje de manera textual.


**Este tipo de artículos siempre se cierran con conclusiones similares: “los animales se parecen pero somos más desarrollados-inteligentes-complejos”.  Cabe preguntarse por qué continuamos colocándonos como índice para medir a otras especies.

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